sábado, 8 de marzo de 2008

JESÚS ANTE LA MUERTE DE SU AMIGO LÁZARO

Hace unos años vi una película titulada MI VIDA SIN MÍ, la protagonista tras diagnosticarle una grave enfermedad, se da cuenta que su vida hasta entonces ha sido como un sueño y empieza a despertar a la realidad, a descubrir el placer de vivir.
En nuestra cultura, muerte y el sufrimiento son tapados con una losa, se les esconde y olvida, pretendemos a fuerza de no hablar de ellos negarles la existencia: “no son”. Sin embargo, la vida y el principio de realidad nos presentan datos que denuncian una existencia incontestable: morir y sufrir forman parte de la vida. Y es que también la realidad nos dice que no somos educados para el sufrimiento o la muerte, sino para ser competitivos, trabajadores, rápidos, personas de éxito, brillantes… ¿pero qué nos pasa cuando la vida nos dice que nos tenemos que bajar del tren del éxito o cuando ni siquiera hemos tenido la oportunidad de subir a él? Cuando en nuestra vida algo contradice esto pasamos a despertarnos del sueño a descolocarnos, a ver la realidad de otra manera e iniciamos la etapa “RE”: re-colocarnos, re-plantearnos, re-situarnos, re-crearnos, re-descubrirnos, re-formarnos…
Jesús ante el sufrimiento y la muerte no se presenta impasible o ajeno, nos da una palabra de VIDA. El Hijo de Dios aparece en este relato pletórico lleno de fuerza y de vida: cargado de esperanza, humano, apasionado, emocionado, fuerte, interpelante, imparable… La muerte para él no tiene la última palabra. Jesús reconociéndose amado por el Padre, viviéndose en continua relación con Dios pide e invoca que devuelva la vida a Lázaro, su amigo, no para mostrar su propia grandeza, sino para mostrar la gloria de Dios, y para anticiparnos también lo que a él le iba a ocurrir.
Jesús nos interpela diciendo: Yo soy la resurrección y la vida, la vida de Dios en la que puede participar el ser humano, el que cree entra en la POSESIÓN DE LA VIDA en la planificación vital que Dios da, porque él es autor de la vida. Este es el fin último de la misión de Jesús: comunicar plenamente a hombres y mujeres la vida; por eso quien acoge y acepta, quien expresa, vive y ama desde la Palabra de Jesús acoge en su regazo la vida. Por eso dice Jesús el que cree en mí, aunque haya muerto vivirá.
Hace tiempo comencé a ver una pelicula que todavía no he acabado creo que se llamaba Mi vida conTigo...

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